Saber usar las palabras de forma estratégica te permite condicionar psicológicamente a quien tienes delante.
Esto significa que, si escoges bien tus palabras, puedes predisponer a las personas para que les gustes, para que acepten una propuesta, para que compartan tu opinión e incluso para que se sientan de un modo determinado. Vamos a ver cómo hacerlo.
Ya está a la venta mi libro “Tú Dejas Huella”. Y en él, hacemos un recorrido por toda una selección de competencias de lenguaje verbal, no verbal y paraverbal para ayudarte a tener un impacto poderoso en las personas. Una de las herramientas que utilizamos en lo que respecta al lenguaje verbal es el condicionamiento psicológico.
Hoy aquí vamos a ver concretamente cómo condicionar psicológicamente a través de tus palabras escritas. Sin embargo, en el libro analizamos el condicionamiento psicológico en todas sus formas. Especialmente en la comunicación oral. Hazte ya con tu ejemplar en 30kcoaching.com/libro o en el enlace que te dejaré en la descripción del vídeo.
Bien… vamos con el tema de hoy.
Usar las palabras para condicionar en emails
Imagina que tienes una llamada telefónica con un profesional para un posible proyecto colaborativo. Y en esa llamada quedas de enviarle una propuesta por email esa misma tarde.
Bien, pues esto es lo que le escribes en el email.
“Hola Francisco. Te adjunto la propuesta de la que hablamos por teléfono esta mañana. Échale un vistazo y la comentamos en la reunión del jueves. Saludos”.
¿Le ves algo de malo a este email? Pues en principio, tanto como malo yo diría que no. Es un email de lo más correcto y profesional. Pero insípido. Esperamos que le agrade la propuesta que le hemos preparado. Sin embargo, dejamos pasar la maravillosa oportunidad de condicionar a Francisco para que le guste la propuesta. Una verdadera lástima.
¿Lo podríamos haber empeorado con un condicionamiento negativo? Sí, claro. Por ejemplo, si en lugar de decir “échale un vistazo y la comentamos en la reunión del jueves” le dijeras algo como “échale un vistazo y no tengas reparos en comentarme las dudas que te surjan o los problemas que le veas”. Catastrófico. ¿Sabes por qué? En una sola frase nos encargamos de dispararle a su subconsciente dinamita en forma de reparos, dudas y problemas. Esas son exactamente las palabras que hemos utilizado en el email.
De modo que su subconsciente las recibe y las asocia con lo que está recibiendo y la persona que lo envía. Automáticamente. Y tal vez a nivel racional entienda lo que le dices y le parezca bien. Pero a nivel de subconsciente, has intoxicado esa interacción con palabras cargadas de negatividad. De modo que lo has predispuesto psicológicamente para que su respuesta contenga reparos, dudas y problemas.
En el libro te explico exactamente cuál es la ciencia que respalda lo que te estoy contando. Y es fascinante.

Pero ¿cómo podríamos mejorar el email y usar las palabras para que ejerza un condicionamiento positivo en Francisco? Tal vez con algo así:
“Buenas tardes, Francisco. Me alegra decirte que he estado preparando una propuesta y tengo la convicción de que va a ser beneficiosa para ambos. Échale un vistazo y en la reunión del jueves comentamos todo lo que te parezca interesante. Estoy seguro de que de aquí va a salir algo bueno. Saludos”.
Lo he exagerado ligeramente para que veas la de oportunidades que tenemos en cada frase para condicionar positivamente. Tal vez con una pizca menos de entusiasmo, pero realmente podría quedarse más o menos así y estaría perfecto para impactar al subconsciente. ¿Qué palabras de esta nueva propuesta de email condicionarán al subconsciente de Francisco para que le parezca interesante? Palabras como estas:
- Buenas
- Alegra
- Convicción
- Beneficiosa
- Interesante
- Seguro
- Bueno
De lo que se trata todo esto del condicionamiento psicológico es de que decidas exactamente cómo te beneficiaría a ti que se sintiera la otra persona en esa interacción contigo.
¿Quieres que se sienta entusiasmada por firmar el acuerdo? Utiliza en tu vocabulario exactamente eso. Las palabras entusiasmo y firmar. O utiliza otras menos obvias pero que dirijan a las mismas emociones. Se trata de una habilidad muy sencilla y tremendamente poderosa. Lo único que requiere de ti es que la pongas en práctica muchas veces hasta que ganes fluidez y consigas condicionar a las personas sobre la marcha, de forma prácticamente espontánea.
Esta competencia en particular, la del condicionamiento psicológico, es una herramienta vital, sobre todo para personas introvertidas, a la hora de generar un impacto potente. Porque mucho antes de que la otra persona te haya visto siquiera, tú habrás preparado a su subconsciente para que le gustes tú y tus ideas. Por eso te recomiendo mucho que trabajes específicamente en el desarrollo de esta habilidad en el cuarto capítulo de mi libro “Tú Dejas Huella”. Allí podrás aprender a utilizar tus palabras de forma poderosa en cualquier contexto y con cualquier persona.
Ya sabes, si todavía no tienes tu ejemplar, puedes hacerte con uno en 30kcoaching.com/libro Te dejo un botoncito directo por aquí.

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