¿Es posible pasarse haciendo contacto visual? ¿O cuanto más mejor? Vamos a ver este dilema en detalle, porque te interesará saber si te estás pasando o si te estás quedando corto.

Ya está a la venta mi libro “Tú Dejas Huella”. Y en él, hacemos un recorrido por toda una selección de competencias de lenguaje verbal, no verbal y paraverbal para ayudarte a tener un impacto poderoso en las personas. Una de las herramientas que utilizamos en lo que respecta la generación de conexión con las personas es el contacto visual estratégico.
Hoy aquí vamos a hablar específicamente de la cantidad de contacto visual. Sin embargo, en el libro lo analizamos de un modo mucho más enfocado en tus objetivos concretos. Especialmente en las modalidades de contacto visual y qué haces sentir a la otra persona con cada una de ellas. Hazte ya con tu ejemplar en 30kcoaching.com/libro o en el enlace que te dejaré en la descripción del vídeo.
Bien… vamos con el tema de hoy.
Demasiado contacto visual
Lo cierto es que sí, es totalmente posible pasarse haciendo contacto visual. Si alguna vez alguien se pasó haciendo contacto visual contigo, muy probablemente te habrá hecho sentir incómodo, con ganas de huir en dirección opuesta.
Pero, entonces, ¿cuánto contacto visual? La investigadora del lenguaje corporal Vanessa Van Edwards recomienda lo siguiente: Mantén contacto durante el saludo, utilizando el tipo de mirada que mejor responda a tu objetivo, tal y como lo estudiamos en el libro. Y también manténlo durante la conversación.

Es muy importante hacer contacto visual en el momento del saludo. Si al saludar no tienes contacto visual, pierdes de golpe tu carisma. Ese momento es sagrado. Saludas y mantienes contacto visual. Da igual si estás conociendo a esa persona por primera vez. Si es alguien a quien conoces bien. Da igual incluso si es un grupo de personas. Contacto visual siempre. Si es un grupo pequeño, mira a cada persona a los ojos cuando la saludes. Si es un grupo grande, una audiencia, establécelo con varias personas durante el saludo, y luego ve aumentando el espectro durante tu intervención.
Una vez hayas saludado haciendo contacto visual, asegúrate de que durante los primeros segundos, en tu primera impresión, aplicas la mirada estratégica. ¿Cuál es tu objetivo en esa interacción? ¿Qué te interesa transmitir para alcanzar ese objetivo? ¿Y qué tipo de mirada incorporarás entonces? Esto te lo explico en detalle en el libro.
Superada la fase de la primera impresión, asegúrate de mantenerlo de manera frecuente, que no constante ni ininterrumpido. Y hazlo a lo largo de toda la conversación. Si quieres una estimación aproximada, algo así como un 60 o 70% del tiempo de conversación manteniendo contacto visual suele conseguir una buena conexión sin llegar a pasarse de siniestro.
Ten en cuenta que en una conversación, lo esperable es que tengas que pensar mientras hablas. Y eso te va a obligar a dirigir tu mirada hacia diferentes zonas en función de lo que está ocurriendo en tu cabeza. Y no pasa nada. No lo fuerces mientras hablas.
Pero cuando sea la otra persona la que habla, ahí sí dedícale una buena dosis de contacto visual, porque lo contrario se percibiría como desinterés, distracción, falta de foco.
En definitiva. Cuando tú hables, mira a la otra persona, pero permítete pensar libremente y que tus ojos viajen lo que tengan que viajar. Y cuando sea la otra persona la que habla, enfócate en ella y despliega el tipo de mirada que te interesa utilizar con esa persona en concreto.
Según las observaciones del experto en lenguaje corporal Joe Navarro, las personas con mayor autoridad tienden a mantener la mirada mucho más que quienes no transmiten autoridad.
Cuando te interese especialmente transmitir autoridad y credibilidad, deja tu mirada más tiempo en los ojos de la otra persona. Nunca de forma amenazante, sino procesante. Es posible que pueda llegar a intimidar ligeramente este comportamiento, sobre todo si la otra persona es un poco insegura o está nerviosa. Pero al fin y al cabo, la autoridad frecuentemente intimida, y no suele tener problema con ello.
Te recomiendo mucho que trabajes específicamente en el desarrollo de esta habilidad en el sexto capítulo de mi libro “Tú Dejas Huella”. Allí podrás aprender a utilizar tu mirada de forma poderosa en cualquier contexto y con cualquier persona.
Ya sabes, si todavía no tienes tu ejemplar, puedes hacerte con uno en 30kcoaching.com/libro Te dejo un botoncito directo por aquí.

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