¿Sabías que analizar el tono de tu piel puede ser la clave para que sepas verte más atractivo?
Según la colorimetría, las personas poseemos determinados rasgos físicos que, si los analizamos correctamente, pueden ayudarnos a escoger los colores que nos hacen parecer más jóvenes, vitales y atractivos. Es un análisis sencillo, pero muy poca gente sabe acerca de esto, de modo que muy poca gente le saca partido. Hoy tú vas a disponer de esta valiosa información para utilizarla en tu beneficio.
Ya está a la venta mi libro “Tú Dejas Huella”. Y en él, hacemos un recorrido por toda una selección de competencias de lenguaje verbal, no verbal y paraverbal para hacerte más carismático. Una de las herramientas que utilizamos en lo que respecta al lenguaje no verbal es la colorimetría.
Hoy aquí vamos a analizar tu tono para que puedas determinar si son los colores fríos o los cálidos los que te aportan ese extra de juventud y atractivo. Sin embargo, en el libro analizamos otros aspectos complementarios que te permitirán identificar también si te favorecen más los colores claros u oscuros. Y si te ves más atractivo con los colores opacos o brillantes. Hazte ya con tu ejemplar en 30kcoaching.com/libro o en el enlace que te dejaré en la descripción del vídeo.
Bien… vamos con tu análisis.
Análisis del tono de tu piel
Lo que necesitas hacer es observar tu piel y valorar si tiene un pigmento que tira más hacia el amarillo o si tiene un tono un poco más rosado. Mírate al espejo con buena luz natural de frente y haz tu primera estimación. ¿Dirías que tu piel tiende a amarilla o a rosa? Y aquí no se trata de que sea clara u oscura. No tiene nada que ver con eso. Simplemente busca el pigmento al que tiende tu piel de forma sutil. ¿Tiene pigmento amarillo? ¿Tiene pigmento rosado o incluso azulado?
Las pieles cálidas son las que tienen un pigmento que tira más hacia el amarillo. Y las pieles frías son las que tienen un tono un poco más rosado. ¿Tiene tu piel pigmento amarillo? Punto para cálido. ¿Tiene pigmento rosado o incluso azulado? Punto para frío. Valorar el tono de la piel con la observación directa es el modo más eficaz de llegar a un resultado fiable. Pero si es la primera vez que analizas esto, es posible que no tengas el ojo acostumbrado y no consigas diferenciar. Por eso te traigo algunas observaciones complementarias para ayudarte.
Un detalle que puedes observar es el color de tus venas, aunque esta observación no es infalible. Fíjate en el reverso de tus manos o en alguna zona donde puedas verlas bien pero la piel no sea demasiado fina (por ejemplo, no escojas las palmas de tus manos ni los párpados). ¿Dirías que su color es más bien verde o más bien azul?

¿Has concluido que su color es más bien verde o más bien azul? Si son verdes, punto para cálido. Si son azules, punto para frío.
Para continuar, hazte con algo dorado y con algo plateado. Si es una superficie amplia, mejor, por ejemplo, una tela o una cartulina metalizada. Aunque si tu único opción son joyas o elementos decorativos que tengas por la casa, puede estar bien. Pon la tela o lo que hayas podido encontrar debajo de tu cara limpia y con luz natural y mírate en un espejo. ¿Cuál de ellas hace que destaquen tus ojeras, manchas e imperfecciones? ¿Y cuál hace que tu piel se vea mejor? ¿Te sienta mejor el dorado? Punto para cálido. ¿Te sienta mejor el plateado? Punto para frío.
Como trucos adicionales (aunque tampoco son indicios infalibles) te puedo comentar un par de detalles, por ejemplo:
- Las pieles frías suelen ser secas y las cálidas suelen mixtas o incluso grasas.
- Las ojeras son más frecuentes en pieles frías que en pieles cálidas.
- Las pecas, al contrario. Suelen darse en pieles cálidas más que en pieles frías. Aun así, si las pecas son opacas o incluso grisáceas, es probable que la piel sea fría.
- Si una piel se quema o se pone roja al sol, todo apunta a que es fría.
- La duración del bronceado también importa. Las pieles cálidas suelen conservar el color dos o tres meses o incluso más, una vez dejan de exponerse al sol. Las frías o no se broncean o les dura poco. Incluso el tono del bronceado importa. Si es un bronceado anaranjado y luminoso, es cálido. Si es opaco, es frío.
- También el color de los labios nos puede dar información. Las personas frías suelen tener un color natural de labios como desteñido, no muy notable. Las personas cálidas suelen tener labios de un tono más tirando a melocotón.
- Y finalmente, puedes observar el color de los ojos. ¿Son color miel, verde o marrón con tono amarillento? Punto para cálido. ¿Son azules, grises, negros o marrones con tono grisáceo? Punto para frío.

En base a todas las observaciones que has hecho, analiza en tu libreta los resultados y llega a una conclusión en relación con tu tono: ¿es tu tono cálido o frío?
Si has concluido que tu piel es cálida, los colores que utilices en tu vestimenta, o al menos los que se encuentran más cercanos a tu rostro, deberían ser cálidos para verte más atractivo. Y si has concluido que tu piel es fría, opta por tonos fríos para verte más vital y favorecido.
Aun así, no todos los colores de tu tono te van a sentar igual de bien. Por eso te recomiendo mucho que completes tu análisis de colorimetría en el tercer capítulo de mi libro “Tú Dejas Huella”. Allí podrás identificar cuáles son los colores específicos que disparan tu atractivo. Es un análisis muy sencillo, y tiene un impacto poderoso en el modo en que eres percibido.
Ya sabes, si todavía no tienes tu ejemplar, puedes hacerte con uno en 30kcoaching.com/libro Te dejo un botoncito directo por aquí.
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