Es tu primer día de dieta y llevas tres tortuosos días sin comer azúcar. Y aunque le dices a todo el mundo lo saludable que te sientes, en realidad estás convencido de que en tu vida has hecho nada tan complicado. Llegas a casa agotado, con tu escasa ensalada del mediodía en el estómago y, de repente… Ahí está, sobre la mesa, un enorme plato lleno de galletas recién hechas. En ese momento sientes que tu fuerza de voluntad te abandona por completo. Y no te vas a comer una galleta, no. Te vas a comer 7 galletas, y luego te vas a odiar a ti mismo por haberlo hecho.
¿Tienes la fuerza de voluntad un poco… debilitada? A todos nos ha pasado. Y resistirse a la tentación puede parecer imposible, pero no tiene por qué ser así. Te voy a mostrar cómo la fuerza de voluntad no es más que otro músculo que puedes trabajar. Y te voy a dar dos entrenamientos poderosos para fortalecer tu fuerza de voluntad.
La explicación científica
Entonces… ¿por qué te comes las galletas? Pues vamos a echar un vistazo a un estudio llevado a cabo por investigadores de la Case Western University, en los Estados Unidos. Colocaron a los participantes en una habitación donde había, por un lado, un plato lleno de deliciosas galletas con pepitas de chocolate y, por otro lado, un apio.
A algunos de los participantes se les pidió, básicamente, que hicieran lo impensable: que se comieran el apio y no se comieran ninguna galleta. A los otros no se les dieron indicaciones a este respecto. Luego se les pidió que hicieran un puzzle que había sobre una mesa. Era un puzzle de relativa dificultad pero totalmente a su alcance.
Se encontraron con que las personas a las que se les había pedido que no comieran galletas, mostraban mucha mayor dificultad para componer el puzzle que aquellas que habían podido comerlas. Su fuerza de voluntad estaba exhausta. Había agotado toda su energía en la tarea de evitar comerse las galletas.
En contrapartida, aquellas personas que habían podido comer sus galletas, pudieron afrontar esta tarea con facilidad.
La conclusión del estudio fue que el autocontrol es un recurso limitado. Al igual que ocurre con cualquier músculo, si abusas en el esfuerzo, lo fatigas y luego debes dejar un tiempo de descanso hasta que vuelva a rendir.
¿Qué hacemos entonces?
Y esto es un fastidio, porque si es un recurso limitado, no puedes utilizarlo todo el tiempo para todo lo que lo necesites. Y si lo utilizas para una cosa, tal vez luego te lo encuentres agotado cuando lo necesites para otra. Por ejemplo, tal vez lleves todo el día esforzándote en hacer tu trabajo y, cuando llegues a casa y veas el plato de galletas, tu fuerza de voluntad te diga “ya no puedes pedirme más hoy, te lo he dado todo”.
La buena noticia es que… como cualquier músculo, tu fuerza de voluntad puede ser trabajada y fortaleza a través de la ejercitación. Puedes desarrollar, no sólo tu capacidad para resistirte a las tentaciones, sino también tu disciplina y tu determinación.
Vamos a ver entonces dos entrenamientos poderosos para tu fuerza de voluntad. ¿estás preparado?
Entrenamiento 1
Entrenamiento 1. Antes de empezar a trabajar tu autodisciplina, necesitas aprender a ayudar a tu “yo futuro” a terminar una tarea. Piensa en ello como si fuera un estiramiento antes de empezar a correr.
Ten tu libreta y escribe una tarea que habitualmente pospongas, como podría ser terminar tu tesis doctoral, organizar las facturas del trimestre o, más cercano: limpiar toda la pila de platos y tarteras que llevas amontonado en el fregadero durante toda la semana. Y cuéntame también en un comentario cuál es esa tarea que siempre pospones. Cada día, llegas a casa cansado, ves la pila de cacharros por lavar, pero te tiras en el sofá y te dices a ti mismo que ya los lavarás por la mañana, que vas a estar menos cansado.
Entonces, ¡vamos a ayudar a tu yo futuro! Escribe en tu libreta dos tareas que vas a hacer hoy para ponértelo más fácil mañana en relación con esa tarea que siempre pospones. Por ejemplo, vacía los restos de comida de los platos y separa la loza grande de la pequeña. Y esto nos lleva al entrenamiento 2.
Entrenamiento 2
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Bien… ahora que has empezado estirando tu músculo, vamos con un ejercicio de acondicionamiento. Volvamos al escenario anterior. Llegas a casa cansado de trabajar y te encuentras con el montón de loza sucia en el fregadero. Esta vez, busca el modo de separar la tarea en segmentos. Ten un calendario y planifica un proceso para, en una semana, abarcar la tarea de forma gradual. Por ejemplo, la primera noche lava 5 cosas, la segunda noche lava 8 cosas, y ve así, poco a poco, hasta que hayas finalizado la tarea. Tal vez te encuentres con la sorpresa de que, una vez te pongas a ello, continuarás hasta terminar. O tal vez no, y en ese caso limítate a seguir el plan y en una semana estará resuelto.
De este modo, poco a poco irás fortaleciendo tu autodisciplina. Como ocurre con cualquier otro tipo de ejercitamiento, entrenar tu fuerza de voluntad va a requerir tiempo y esfuerzo. Pero si te lo propones, verás resultados.
Ahora, si te apetece, podemos trabajar en la visión general de la vida que quieres construir con a medida que vayas desarrollando tu fuerza de voluntad. Te dejo por aquí un vídeo donde te explico cómo utilizar un tablero de visión para esto. Y por aquí te dejo un botón para que te suscribas a mi boletín semanal gratuito y recibas un regalo de bienvenida.
1 Comment
emilio montero
21 agosto, 2020 at 6:26 pmmi médico me ha advertido que tengo que dejar de fumar. Tengo que volver a su consulta en 2,5 meses. Necesito dejar de fumar. Podrías ayudarme?