Transcripción del vídeo: Aclara tus expectativas
¿Con qué frecuencia te sientes decepcionada o decepcionado con tu pareja? ¿Y con qué frecuencia experimenta tu pareja decepción hacia ti?
Hay una cosa que debes tener my clara para empezar con esta nueva clase: Nadie tiene el poder de decepcionar a nadie.
La decepción es la emoción que experimentamos cuando nuestras expectativas no son cumplidas. De este modo, cuando tu pareja no cumple tus expectativas, lo que tú sientes es decepción, y viceversa.
¿Verdad que una persona desconocida difícilmente puede decepcionarte? Pues eso es porque no esperas nada de ella.
La solución de las decepciones
La solución más eficaz para dejar de sentir decepción es, directamente, eliminar tus expectativas. Si no esperas nada de tu pareja, es imposible que pueda decepcionarte. Al contrario. Te sorprenderá constantemente con cada cosa buena que haga, porque serán cosas que no esperabas.
Si puedes llegar a amar a alguien de un modo tan incondicional como para eliminar tus expectativas, te doy mi enhorabuena, pues no podrás sino ser feliz en tu relación de pareja.
Sin embargo, la mayoría de los seres humanos nos creamos expectativas constantemente con las personas con quienes nos relacionamos, y cuanto más cercana es la relación, mayor es el número de expectativas… así que imagina la magnitud de esas expectativas en un relación tan íntima con la pareja romántica.
En este ejercicio no se me ocurriría sugerirte que elimines tus expectativas porque, seamos realistas: es muy poco probable que lo consigas simplemente con decidirlo. Necesitarías transformar radicalmente tu estilo de vida, tus creencias y tu forma de relacionarte.
Lo que te propongo en este ejercicio es la solución alternativa más fácil, eficaz y accesible: la comunicación.
Cuantas más expectativas no aclaradas haya en tu relación de pareja, más constantes serán las decepciones. Por lo tanto, la solución no es otra que aclarar mutuamente las expectativas.
A menudo creemos que nuestras expectativas son implícitas a nuestra relación y que la otra persona las conoce y las comprende… incluso aunque nunca las hayamos mencionado. Tendemos a caer en el error fatal de creer que nuestras expectativas son de sentido común. Pero eso no es así.
Cada persona posee una expectativas particulares, y so sabremos cuáles son las expectativas de nuestra pareja ni nuestra pareja sabrá cuáles son las nuestra a menos que: hablemos explícitamente de ello.
De este modo, he aquí mi propuesta: Siéntate con tu pareja y hablad largo y tendido acerca de cuáles son vuestras respectivas expectativas en cuanto a cada mínimo detalle de vuestra relación: desde el tiempo que invertís juntos, hasta quién saca la basura, pasando por los hijos e hijas, el matrimonio, las relaciones sexuales, los hábitos en el hogar y todo lo que se os ocurra.
Cuanto mejor aclaradas estén vuestras expectativas, mayor calidad estaréis aportando a vuestra relación.
Una vez aclaradas vuestras expectativas, lo que os queda es negociar. Puede que en algún aspecto vuestras expectativas se confronten. Decidid quién cederá en cada uno de esos aspectos y llegar a acuerdos para evitar futuros enfados y decepciones.
Y cada vez que surja una situación nueva en vuestra vida de pareja, volved a hablar de vuestras expectativas al respecto.
Te puedo asegurar que, aunque este ejercicio requiere una gran inversión de tiempo y esfuerzo ahora, os compensará muchísimo a lo largo de todo vuestro futuro como pareja.
Sentaos… y ¡charlad!
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