¡Hola! Yo soy Sandra Burgos y esto es 30K Coaching. Hoy vamos a tratar un tema de los más demandados en los comentarios de mis vídeos. Con muchísima frecuencia leo comentarios de personas que quieren cambiar el comportamiento de otro. Y en casi todos lo casos, la verdad es que la respuesta correcta es: olvídate de intentar cambiar a otros, no vas a cambiar a quien no quiere cambiar, y tal vez ni siquiera debas, ya que es su vida y, por lo tanto, son sus decisiones. E incluso, ¿qué te hace pensar que tú posees mejor criterio para decidir cómo se debe comportar otra persona?
A menudo, cuando no nos gusta el comportamiento de otra persona, lo mejor que podemos hacer es aprender a aceptarlo o alejarnos.
Pero… soy consciente de que hay determinadas circunstancias en las que sí vamos a querer cambiar el comportamiento de otra persona independientemente de todo esto. Tengamos razón o no la tengamos, esté bien o mal. Y bueno, dejo a tu juicio valorar si estás haciendo lo correcto o no, porque entiendo que hay circunstancias en que tratar de cambiar el comportamiento de otra persona sí es lo correcto. ¿Por ejemplo? Cuando un hijo adolescente tiene un comportamiento destructivo o autodestructivo. Cuando un empleado o empleada lleva a cabo sus funciones de forma muy mejorable. Cuando un amigo o amiga se está perjudicando a sí mismo o a otros con su forma de actuar. Son ejemplos, pero seguro que se te ocurren muchísimos más.
Pues hoy voy a ayudarte a dejar de hacerlo mal. Y en un par de semanas tendrás otro vídeo mío, incluso más útil que este, donde te enseñaré a hacerlo bien. No olvides suscribirte a este canal para no perdértelo cuando lo publique. Y bueno, además de esto, estaré compartiendo una infinidad de cositas interesantísimas para ayudarte a construir una vida plena y libre.
Por qué queremos cambiar a las personas
Para empezar, ¿por qué queremos cambiar a las personas? Pues no podemos evitarlo. Nos encanta intentar “arreglar” a las personas de nuestra vida. Le damos consejo a un amigo. Le decimos a un familiar cómo pueden hacer mejor algo determinado. Intentamos sugerir, arreglar y cambiar a nuestra pareja para mejor. Pero tristemente, aunque nuestra intención es buena, intentar cambiar el comportamiento de otra persona no suele funcionar. De hecho, a menudo lo que conseguimos es que la otra persona se resienta con nosotros. Seguro que alguna vez te han respondido cosas como…
- ¿Estás intentando cambiarme?
- ¡Yo sé lo que me conviene!
- Tú no lo entiendes, no estás en mi situación.
- No te metas.
- Mete la nariz en tus asuntos.
Y aun así, seguimos intentando cambiar a las personas.
De modo que allá vamos… Te voy a enseñar a dejar de hacerlo de forma totalmente inefectiva. El grupo de investigación social Science of People ha concluido 5 tácticas habituales que no funcionan y varias que sí funcionan, que son las que te contaré en un par de semanas. Voy a explicarte, brevemente, en qué consisten las tácticas que no funcionan (pero que utiliza casi todo el mundo) para que puedas evitarlas.
Tácticas que no funcionan
Tácticas que no funcionan. Te van a sonar porque son muy frecuentes.
1 La táctica de la ayuda
“Si limpiaras tu habitación un poco más, serías capaz de prepararte para ir a la escuela a tiempo”, o “te recomiendo que utilices hilo dental más a menudo, es mejor para ti”. Sí, tú das tu consejo con tu mejor intención. E incluso puede que a esa persona le parezca que tiene sentido lo que le has dicho. Pero entra por un oído y sale por el otro. Y lo más importante: el viejo comportamiento permanece.
2 La táctica de la amenaza
“Si no limpias tu habitación, te voy a castigar”, o “si no utilizas hilo dental, te saldrán caries”, o “si no empiezas a ahorrar, vamos a tener que vender el coche” o “si no pierdes peso, vas a tener que comprar ropa nueva porque no vas a caber en la vieja”. Amenazar sólo despierta la ira de la otra persona hacia ti. La gente que quiere perder peso o ahorrar algo de dinero, ya sabe qué ocurrirá si no lo hace, no necesita que tú se lo estampes en la cara. Eso sólo aumenta el estrés, el miedo y la ansiedad. En ciertos casos muy concretos, puede ser efectivo, pero va a estropear la relación.
3 La táctica del incentivo
“Si limpias tu habitación todos los días durante el próximo mes, te compraré un nuevo videojuego”. Los padres y madres hacen esto muy a menudo con los niños, pero también es habitual verlo en contextos laborales. Se trata de ofrecer un premio en contrapartida por ese cambio de comportamiento. Y esto puede funcionar, pero sólo lo hará en el corto plazo; el nuevo comportamiento no se va a mantener a menos que sigamos teniendo premios que ofrecer.
4 La táctica de la súplica
“Te ruego que limpies tu habitación, eso me haría tan feliz cuando vienen invitados” o “Hazlo por mí”, o “Hazlo por tus hijos” o “Piensa en todo el dinero que hemos invertido en esto, no dejes que sea en vano”. Son expresiones comunes en quienes utilizan esta táctica. Cuando hacemos esto, habitualmente lo único que conseguimos es que la otra persona se sienta más sola, más culpable, peor persona. Pero esa no es una motivación para el cambio, y nunca lo será.
5 La táctica de la vergüenza
“Tu habitación es un asco, si yo fuera tú, me daría vergüenza traer amigos aquí, ¿crees que no se dan cuenta de que eres un puerco?” o “¿No te sientes avergonzado por llegar siempre tan tarde? Está todo el mundo esperándote”. La vergüenza es un táctica de las más habituales. Se suele ver a menudo, por ejemplo, en reality shows sobre pérdida de peso. El problema es que, aunque la táctica puede funcionar con algunas personas, tiene consecuencias fatales en la autoestima. Y cuando la autoestima falla, el cambio es extremadamente frágil.
Y estas son las 5 tácticas que muy, muy frecuentemente empleamos cuando queremos cambiar el comportamiento de otra persona y que, como ya sabes, no suelen funcionar… al menos no de forma efectiva y duradera.
Como ya te he adelantado, habrá muy prontito un vídeo con las tácticas que sí funcionan y estoy deseando compartirlo contigo porque sé que va a cambiar radicalmente tu estrategia en estas situaciones. Pero me encantaría que te anticiparas. Pásate por la sección de comentarios y cuéntame cómo consigues o has conseguido tú alguna vez cambiar el comportamiento de otra persona. Cuéntanos tu táctica porque, si es efectiva, queremos aprenderla.
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