Hay quienes defienden que el dolor, aunque es inevitable, no deriva en sufrimiento a menos que le demos nuestro consentimiento. ¿Tú qué opinas?
Hay un libro muy bueno de Elsa Punset que ya te he recomendado en ocasiones anteriores, de modo que no voy a perder la oportunidad de volvértelo a recomendar, porque yo creo que es realmente bueno. Su título es “Brújula para Navegantes Emocionales”. ¿Ya lo conoces?
En uno de los capítulos de este libro, Elsa Punset nos habla del dolor, y defiende que las experiencias emocionales, tanto si son positivas como si son negativas, deben servirnos para evolucionar. De otro modo, estaremos abriendo la puerta al sufrimiento, pero eso no es lo que queremos, ¿no?
Y Punset nos propone la que para ella es la única manera efectiva de enfrentarse al dolor para superarlo. Y esa manera es el análisis, y declara que es importantísimo que nos acostumbremos a hacer esto desde muy jóvenes, pues nos permitirá afrontar el dolor mucho mejor en el futuro. Analizar el dolor y la fuente de dolor, sin juzgar, sin culpar, simplemente para tratar de comprenderlo.
Se trata de analizar cada experiencia importante en profundidad. Tal vez lo que menos te apetezca cuando una experiencia te resulta dolorosa sea analizar nada. Quizás el cuerpo te pida que te regodees en tu dolor, que te permitas hundirte. En realidad esa es la tendencia automática: dejarse llevar hacia el lado más oscuro y destructivo del dolor.
Lo mejor que puedes hacer es evitar dejarte llevar, aunque probablemente te resulte mucho más complicado hacerlo que pensarlo, de modo que si sientes que el dolor es tan insoportable que no podrías hacer otra cosa que hundirte, hazlo. Pero márcate un plazo. Decide, por ejemplo, dedicar un día entero a encerrarte y llorar. Pero pasado ese día, y aunque sea lo último que te apetezca hacer en el mundo, levántate y termina con la destrucción emocional.
Y entonces empieza a analizar la situación hasta lograr mitigar o disolver el dolor. Dice Punset que la voluntad de comprender y destripar el dolor emocional es la clave para superarlo, aunque ello exija en un primer momento el esfuerzo de encararse al dolor.
Las alternativas son la inundación emocional (que es altamente peligrosa, pues puede derivar con mucha facilidad en una depresión) y la negación de las emociones, que puede derivar en una ruptura emocional descontrolada cuando menos lo esperes.
¿Alguna vez te has dejado hundir por el dolor? ¿Cómo has conseguido abandonar esa situación finalmente? Si te apetece, me lo puedes contar en un comentario.
Estoy segura de que conoces a al menos una persona que sufre emocionalmente en estos momentos. Háblale de la teoría de Elsa Punset, o comparte este vídeo con esa persona. Tal vez esto la ayude a dar un pequeño giro de perspectiva a su dolor.
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Recuerda: Tienes a tu alcance mucho mas de lo necesario para ser feliz. La decisión es tuya.
Referencia bibliográfica: Punset, E. (2011). Brújula para navegantes emocionales. Madrid: Aguilar.
1 Comment
CARLOS JUAN GOMEZ Y MARTINEZ
30 mayo, 2017 at 7:53 pmLA PERDIDA DE MI MADRE, HACE CINCO DÉCADAS, NO PERSISTE, PERO EN SU MOMENTO FUE AGOBIANTE, DE TAL FORMA QUE SOLICITANDO AYUDA EXTERNA, CAÍ EN LA DROGADICCIÓN CON RECETA EN MANO Y ENTRAR FUE EN MINUTOS, PERO PARA SALIR, CUANDO EL DIAGNOSTICO ERA QUE ESA SUBSTANCIA LA TENÍA QUE TOMAR DE POR VIDA, ME TOMO CASI TRES AÑOS DEJAR ESA DEPENDENCIA; EL DOLOR HAY QUE ENFRENTARLO, DESMENUZARLO, DIMENSIONARLO, PULVERIZARLO E IRLO TIRANDO POCO A POCO; TAMBIÉN SIRVE PARA SER VICTIMA DE ESOS DOLORES, HAY QUIENES LOS ENGORDAN, LOS CONSERVAN Y LOS EXHIBEN A LA SOCIEDAD PARA COMPETIR COMO LA PERSONA QUE MÁS SUFRE EN EL MUNDO.