¡Hola! Yo soy Sandra Burgos y esto es 30K Coaching. Hoy vamos a aclarar 3 conceptos relacionados con tu economía y tus finanzas. Pueden parecer un poco similares, pero son cosas muy diferentes. Uno de ellos se refiere a una cuestión ideológica. Otro es una premisa a las que aspira casi cualquier ser humano. Y otro es algo a lo que la mayoría de la gente no aspira porque no cree que sea posible… ¡Y vaya si es posible! Y es que de hecho es tan, tan maravilloso, que espero, de verdad, que después de hoy esta sea tu nueva aspiración.
Vamos a hablar, rápida y resumidamente, de libertad económica, independencia económica y libertad financiera.
Libertad económica
La libertad económica es el concepto más ideológico. Hay tendencias políticas que defienden que las personas debemos tener más libertad económica y hay otras tendencias que defienden que el individuo debe tener una libertad limitada por el Estado en cuanto a economía.
¿En qué se refleja esto? Pues por ejemplo a la hora de decidir qué precio le pones a lo que ofreces. ¿Debes poder decidirlo tú o debe el Estado decirte cuáles son el máximo y el mínimo? O a la hora de quedarte la mayor parte del dinero que ganas, en lugar de entregarle una buena porción al Estado. ¿Debe tener cada persona el dinero que gana y gestionarlo en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad? ¿O debe el Estado redistribuir parte de ese dinero para que tu momento bueno compense el momento malo de otro y tu momento de salud cubra el momento de enfermedad de otro?
Es un concepto mucho más complejo de lo que podemos reflejar en este acercamiento rápido. Sin duda, ambas tendencias tienen su parte positiva y su parte negativa y es perfectamente lógico que haya personas defensoras de ambas corrientes.
Independencia económica
Para que nos entendamos, la independencia económica consiste en que tú, por ti mismo, tienes la posibilidad de subsistir sin que nadie te tenga que dar dinero. Es decir, significa que no dependes de nadie, económicamente hablando.
Por ejemplo, los niños suelen ser económicamente dependientes porque, salvo casos muy excepcionales, carecen de fuente de ingresos por sí mismos. La independencia económica es la aspiración de casi cualquier persona adulta, o incluso mucho antes de ser adulta. Tener tu dinero te permite tomar tus decisiones.
Otro ejemplo. Hace unos años, cuando las mujeres rara vez formaban parte de la mano de obra de los países, eran económicamente dependientes de sus padres o sus maridos. Si queremos buscarle alguna ventaja a eso, pues claro… nadie esperaba de ellas que salieran a ganarse el pan, de modo que esa preocupación en particular no la tenían. Sin embargo, esa situación tiene muchas más desventajas que ventajas. Entre otras cosas, esas mujeres estaban atadas a la persona de la que dependían, daba igual que fueran más o menos felices ahí. No tenían posibilidad de reconstruir su vida, porque el dinero es imprescindible, y ellas no tenían dinero.
Todavía se da esta situación, aunque en mucha menor medida. Para las parejas a quienes les funcione ese sistema y les guste, perfecto. Pero la mayoría preferimos poder decidir.
Entonces, puede ocurrir perfectamente que haya momentos en tu vida en que seas económicamente dependiente y otros en que sí tengas independencia económica. Casi siempre dependerá de que tengas un trabajo o no, y ya sabemos que ese detalle es muy frágil en momentos económicos como este.
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Libertad financiera
La libertad financiera es algo a lo que casi nadie aspira pero que puede mejorar tu vida de forma drástica. ¿Por qué no aspiramos a ella? Pues porque la mayoría venimos de familias trabajadoras donde nuestros padres, con su mejor intención, nos educaron desde una mentalidad de empleado. Y no sólo ellos. La sociedad, la escuela, la universidad, los medios de comunicación educan desde la mentalidad del empleado.
Libertad financiera es no depender de tu trabajo para tener ingresos. ¿Suena imposible, verdad? Tienes libertad financiera en el momento en que tus gastos básicos están cubiertos por tus fuentes de ingresos pasivos. Es decir, el momento en que, si dejaras de trabajar, sobrevivirías igualmente porque recibes el suficiente dinero de otras fuentes de ingresos que no son un empleo ni un autoempleo.
Sé lo utópico que puede sonar esto si es la primera vez que alguien te habla de libertad financiera. Mi primera vez fue hace ya unos años leyendo el libro de Robert Kiyosaki “Padre Rico, Padre Pobre”. Te voy a dejar el enlace a ese libro, y te voy a pedir que, por favor, lo leas. Va a darle un vuelco a tu cabeza… y te va a abrir los ojos.
Además, te voy a dejar también el enlace a un vídeo mío de hace ya un tiempo en el que te comparto varias formas de obtener ingresos pasivos. No sé si consigues imaginar una vida en la que el dinero llega cada mes sin que tengas que ganártelo día a día. Si al imaginarlo, vibra tu corazón, echa un vistazo a ese vídeo. Y por supuesto… al libro de Kiyosaki.
Comenta…
Pásate ahora por la sección de comentarios y cuéntame cuál es tu situación respecto de los tres conceptos que hemos visto. En cuanto a libertad económica, ¿te posicionas a favor o en contra? En cuanto a independencia financiera, ¿dependes de alguien en estos momentos para tener dinero? Y en cuanto a libertad financiera, ¿es algo a lo que aspiras; nunca habías pensado en ello; ya la tienes? ¡Cuéntamelo todo!
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