El dandi es un tipo de seductor extremadamente desconcertante. Y por eso es tan bueno en el arte de la seducción.
Te voy a explicar cómo consigue exactamente resultar tan seductor el dandi, cómo consigue seducir con tal intensidad. Y al final del vídeo te voy a proponer un ejercicio para evaluar tu habilidad a la hora de reconocer a un dandi por sus rasgos más característicos.
Al final del vídeo vamos a ver unas escenas breves de la serie Los Bridgerton y tú me dirás quién es el dandi entre los personajes que vas a ver… si es que lo consigues identificar. No va a ser fácil, así que presta atención.
La tendencia rompedora del dandi
La mayoría de las personas nos sentimos limitadas por los roles que nos impone la sociedad. Y este sentimiento nos hace especialmente vulnerables ante el poder seductor del dandi. Nos sentimos atraídos por las personas a las que percibimos como más libres, imprecisas, las que se atreven a ser quienes deciden ser.
En la caja de información te voy a dejar el enlace al fascinante libro “El arte de la seducción”, donde Robert Greene presenta a este perfil de seductor y a muchos otros.
La excitación que genera el dandi viene dada por el hecho de que nos cuesta clasificarlo. Juega entre la masculinidad y la feminidad. Su estética siempre impresiona. Es misterioso y evasivo. Las mujeres lo perciben como femenino; los hombres lo perciben como masculino. El dandi resulta fascinante y tiene una naturalidad para la seducción que perturba los sentidos.
Charles Baudélaire
Así es como lo describió Charles Baudélaire…
El dandismo no es, como muchas personas irreflexivas parecen suponer, un interés inmoderado por la apariencia personal y la elegancia material. Para el verdadero dandi estas cosas son sólo un símbolo de la superioridad aristocrática de su personalidad. ¿Cuál es, entonces, la pasión imperante que se ha convertido en un credo y ha creado a sus diestros tiranos? ¿Cuál es esta constitución no escrita que ha creado a una casta tan altiva? Es, sobre todo, una necesidad ardiente de lograr originalidad, dentro de los límites patentes de la convención. Y es una suerte de culto de uno mismo, que puede pasar incluso sin lo que comúnmente se denominan ilusiones. Es el deleite de causar admiración y la satisfacción orgullosa de nunca ser asombrado.
Charles Baudélaire
Hay algo que suele mantenerse constante a lo largo de la historia: y es que en todas las épocas y culturas las personas tendemos a querer parecernos a la mayoría. No solemos querer desentonar, sino encajar en lo que se considera “normal” en ese momento y en ese lugar. Somos seres sociales, y eso nos lleva a no querer salirnos demasiado del patrón general.
Aparición de imitadores
Pues el dandi siempre ha sido de los hombres seductores (o mujeres seductoras) con mayor facilidad para salirse de la pauta. Allá donde haya una sociedad conformista que se adapta a su propia normalidad, el dandi saca provecho de la situación para encender sensaciones en quienes, al verlo, admiren la libertad con la que es quien es. El dandi se diferencia por su aspecto y por sus modales. Y el resto no podemos evitar sentir atracción hacia esa distinción.
El dandi ejerce su seducción en el ámbito social y en el ámbito sexual. Las personas tienden a agruparse en torno a él. Hay quienes lo imitan; hay quienes se enamoran de él.

Si tú sientes que eres o que te estás convirtiendo en un dandi, ten en cuenta que este tipo de seductor se distingue estéticamente de la mayoría, con elegancia, nunca con vulgaridad.
Para ponértelo fácil… seguro que si piensas en la última boda a la que has ido, puedes identificar perfectamente al dandi, si es que había uno. Destaca porque dentro de su elegancia, consigue dar un toque diferente a su aspecto. Algo que rompe con la normalidad, algo transgresor y con clase.
La indiferencia del dandi
En cuanto a la actitud del dandi, su rasgo más característico es que parece no tener un interés notable en nada de lo que está ocurriendo a su alrededor. Transmite que es muy difícil de impresionar. Posee un carisma y una personalidad seductora natural, sin esfuerzo. Si tú eres un dandi, habrás notado que generas curiosidad, admiración y que incluso surgen imitadores en torno a ti.
Y mi alumnado del Curso Experto en Influencia y Persuasión seguro que puede ver la relación entre esta figura indiferente y todo lo que ya saben sobre la influencia. Esta capacitación está incluida en el Campus de Poder Personal, en 30kcoaching.com/poderpersonal
Distinción y clase
La figura del dandi siempre se ha asociado con la vestimenta. Y es cierto que el dandi suele diferenciarse a través de la moda, e incluso desencadenar tendencias.
En el siglo XIX hubo un referente entre los dandis. George Bryan Brummell. Él fue el dandi más famoso de todos los tiempos. Invertía horas en arreglarse, incluso tenía un nudo de corbata propio que fue imitado por caballeros de toda Inglaterra en su época.
Sin embargo, el estilo del dandi no es exagerado. Su distinción suele encontrarse en los detalles, como lo era el nudo de la corbata de Brummell, o el traje de terciopelo verde de Oscar Wilde. El encanto del dandi se encuentra en que aparentemente no busca llamar la atención, le es indiferente. Y aun así la atención va irremediablemente hacia él. Si te estás imaginando que el dandi debe ser necesariamente un hombre, te sorprenderá saber que también hubo mujeres dandi. Se trata de mujeres con un aspecto muy pulido, y algún detalle transgresor que las diferencia y las caracteriza, y que incluso desata tendencias entre otras mujeres.
El dandi no es sólo un transgresor de la moda. La elegancia es un requisito imprescindible para poder decir que alguien es un dandi. Y su estilo no es rompedor con los esquemas de su época. Encaja en el estilo de la mayoría, pero aporta pequeños toques personales que sí se salen de esos esquemas. Si fuera totalmente diferente al resto, no sería necesariamente admirado, sino percibido como un hortera o como alguien que busca llamar la atención. Y precisamente el dandi seduce por su aparente indiferencia respecto de la admiración de los demás.
Actitud y placer
Pero aunque la parte estética es muy característica en el dandi, su actitud también es fascinante para las personas a su alrededor. Jamás busca complacer y no le importa la opinión que otros tengan de él o sus acciones. No acepta la obligación social de tener que encajar en unas expectativas concretas. Y precisamente porque el resto también desearía poder romper con esas ataduras sociales es que genera admiración e imitadores.
El dandi valora el tener una vida placentera. Es exquisito para los objetos de los que se rodea, la comida que come, el vino que bebe, la ropa con que se viste.
A nivel de deseo sexual, el dandi tiene un efecto intenso en la psicología del otro. En la sociedad tenemos bastante clasificado todo lo que entendemos que está asociado al género masculino y lo que está asociado al género femenino. Y en cambio el dandi no se agarra a eso con la fuerza que lo hace la mayoría. Por ejemplo, en lo relativo al cuidado de la estética, es algo que la sociedad valora enormemente en las mujeres pero considera algo secundario en los hombres. Un hombre dandi puede tranquilamente hacer culto a su estética, jugando con rasgos que la sociedad consideraría femeninos y mezclándolos con otros que encajan totalmente en el estereotipo masculino. Y esos comportamientos desatan confusiones que penetran en la psicología de quienes los perciben y tratan de clasificarlos de algún modo. Y aquí reside la clave de su efecto seductor e hipnótico.
La mujer dandi
La mujer dandi hace exactamente lo mismo. No encaja en el extremo delicado y sumiso del estereotipo femenino, pues ese extremo puede resultar atractivo pero también corre el riesgo de aburrir pronto. Por otro lado, tampoco encaja en el extremo brusco e individualista del estereotipo masculino, pues eso podría ahuyentar a quienes se sientan violentados por esa incongruencia tan evidente… es decir, a la mayoría. La mujer dandi es delicada, cuida su estética de forma exquisita, pero también es independiente, desapegada, libre. Transmite la sensación de que podría volar en otra dirección en cualquier momento, y eso genera un efecto adictivo muy intenso.
Ejercicio de reconocimiento de un dandi
Las claves del poder seductor del dandi pueden resumirse en 3. Vamos a verlas:
- Las contradicciones en cuanto a rasgos de género.
- Importante: La elegancia distinguida y sutilmente transgresora.
- Y la indiferencia por la valoración de la sociedad.
Ahora vamos con un breve ejercicio en el que quiero proponerte que trates de averiguar cuál de los personajes que verás en las escenas es un dandi. Ten presente que no todos los rasgos tienen por qué hacerse evidentes en cada comportamiento puntual. De modo que tal vez debas identificar cuál es el que mejor encaja en la descripción incluso si tener claro si algún otro rasgo está también presente. Presta atención a las siguientes escenas. Seguimos hablando después.
Bien. Pásate ahora por la sección de comentarios y cuéntame cuál es el dandi en las escenas que has visto. Y cuéntame también si tú conoces a algún dandi en persona. Puede incluso que tú seas un dandi. ¿Es así?
Y ahora quiero que conozcas 5 claves para ser irresistible y parecer más inteligente en segundos. Te las cuento por aquí: https://www.youtube.com/watch?v=RjNxDem0Oxo Y te dejo un botón para unirte a mi boletín gratuito. Recibirás un regalo de bienvenida y un montón de lecciones fascinantes en cada nuevo boletín: https://www.30kcoaching.com/lista Prepárate por que en el próximo vídeo… [continuará]
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