¡Hola! Yo soy Sandra Burgos y esto es 30K Coaching. Hoy te traigo un microentrenamiento de coaching corporal. Vamos a ver cómo controlar la respiración para relajar la mente.
La mayoría de las personas creen que la respiración es una función vital que se produce de forma automática. Sin embargo, de todos los sistemas vitales del cuerpo, el más fácilmente modificable y controlable es el respiratorio.
Existen dos formas de respiración que generan efectos sutilmente diferentes. Y aprender a respirar para absorber la máxima cantidad de oxígeno posible resulta beneficioso tanto desde el punto de vista físico como psicológico.
Respiración costal
Cuando nos encontramos en un estado de estrés, tendemos a emplear la respiración costal, rápida y entrecortada. Tenemos que entender que este tipo de respiración forma parte de la respuesta de lucha o huida y resulta muy útil cuando es preciso escapar de una situación peligrosa. Sin embargo, esta respiración también intensifica la sensación de estrés y ansiedad. La respiración costal se caracteriza por un movimiento ascendente y frontal del tórax. De este modo, el aire únicamente accede a la parte media y superior de los pulmones, un sistema poco eficaz para oxigenar la sangre.
Respiración abdominal
Por el contrario, la respiración abdominal o diafragmática oxigena mejor la sangre, ya que permite el acceso del aire a la parte inferior de los pulmones. Esta respiración requiere el uso consciente del diafragma, un músculo que separa la cavidad torácica del abdomen. Cuando inspiramos, el diafragma se contrae y desciende, ayudando a que el aire penetre en la parte inferior de los pulmones – la de mayor tamaño-. Y cuando espiramos, el diafragma de relaja y sale el aire.
La respiración abdominal puede considerarse como la forma “natural” de respirar. Si te fijas, los bebés y los niños de corta edad respiran desde el diafragma. La tendencia de los adultos a la respiración costal es una conducta adquirida, por extraño que nos pueda parecer. La respiración abdominal fomenta un estado mental sosegado y tiene efectos fisiológicos beneficiosos, como la reducción de la presión sanguínea y el enlentecimiento del ritmo cardíaco. La respiración abdominal da al cuerpo el mayor aporte de oxígeno con el menor esfuerzo.
Los ejercicios que estimulan la respiración abdominal ayudan a relajar la mente. El mero hecho de concentrarnos en el acto de respirar detiene el flujo de pensamientos inquietantes y angustiosos que se suelen experimentar en un estado de estrés.
Práctica
Te animo a que dediques los próximos 3 minutos a respirar de forma consciente, con el abdomen. Activa una alarma para dentro de 3 minutos, cierra los ojos, y respira. Concéntrate en tu respiración. Si no tienes hábito de meditar, estos 3 minutos se te harán eternos. Pero vale la pena, de verdad. Comprueba cómo te sientes mental y emocionalmente después de hacerlo. Y déjame un comentario contándome tu experiencia.
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