Cómo Mostrar Empatía Con Alguien Que Sufre

¡Hola! Yo soy Sandra Burgos, esto es 30K Coaching y voy a compartir contigo algunas pautas para mostrar empatía con alguien que sufre y nos cuenta qué ha ocurrido o cómo se siente.

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El autor Luís Moya Albiol comparte varias pautas para mostrar empatía con alguien que sufre. Lo hace en su libro “La empatía en la empresa”. Te dejaré el enlace al libro, por si te interesa este tema.

Según Moya Albiol, cuando nos encontramos en una situación en que otra persona nos está contando algo que le genera dolor emocional, hay ciertas pautas que debemos tener en cuenta para enfrentarnos a ese momento de forma empática. Vamos a verlas:

1. No hables de ti mismo: Seguro que más de una ocasión has experimentado lo desagradable que es que la otra persona te interrumpa con frases que empiezan por “pues yo…”.
2. No cambies de tema: La otra persona está exponiendo ante ti un pedacito de sí misma especialmente vulnerable. Respétala prestando atención.
3. No aconsejes: Lo que esa persona necesita no son instrucciones. No des por hecho que tienes la receta que él o ella necesita. Si no te pide consejo, no se lo des.
4. No tranquilices: Esa persona sabe perfectamente que tiene la opción de tranquilizarse. Y tú puedes pensar “es que si se tranquilizase, podría verlo con perspectiva”. Pero tal vez él o ella necesite un momento de agitación, rabia, duelo.
5. No diagnostiques: Es muy habitual. Hay gente que, ante cualquier dificultad de otra persona, rápidamente lanzan un “lo que a ti te pasa es que…” que puede seguir con “tienes la autoestima muy baja” o “eres demasiado sensible”… o lo que sea. La intención es buena, pero eso no ayuda a nada.
6. No animes: Igual que las respuestas buscando tranquilizar, las respuestas buscando animar persiguen un objetivo. Interrumpir el estado emocional de esa persona. Pero es que nosotros no somos quién para tomar esa decisión. Si él o ella escoge llorar, no tenemos derecho a buscar hacer reír, por muy seguros que estemos de que eso ayudaría.
7. No critiques: Tal esa persona sea en parte, o del todo, responsable de la dificultad que está atravesando. ¿Y de qué la va a ayudar que tú se lo eches en cara en este momento?
8. No ignores sus sentimientos: A veces los sentimientos de los demás nos hacen sentir incomodidad, pero ignorarlos no es lo mejor. Tal vez puedas incluso hacerlos presentes en la conversación, para que esa persona sepa que la comprendes. Simplemente nómbralos. Por ejemplo “¿y eso cómo te hace sentir?” o “estás realmente triste, ¿no?”.
9. No pienses por adelantado lo que te va a decir: Nuestro cerebro es un impaciente y siempre se cree muy listo. Deja de racionalizar todo lo que oyes. A veces lo único que tienes que hacer es prestar atención y escuchar lo que realmente te quiere decir la otra persona.
10. No finjas que has comprendido si no es así: Tampoco se trata de recibir un discurso de forma totalmente pasiva. Si esa persona te está contando algo es porque quiere sentirse escuchada y comprendida. Si no comprendes algo, pregunta. Si lo comprendes, demuéstralo parafraseando alguna cosa que te haya dicho.

En definitiva… lo más importante es que escuches. No te sientas incómodo por quedarte en silencio, este no es tu momento, es el suyo. Si hablas, que sea para comprender mejor, no para prescribir.

Si tenéis confianza, tal vez en otro momento de menor carga emocional puedas dar tu punto de vista a esa persona, e incluso contarle qué harías tú. Pero olvídate de todo eso cuando él o ella está sufriendo. Ya tiene suficiente como para tener que ponerse a procesar consejos, recriminaciones, diagnósticos e instrucciones.

Parecen pautas de sentido común, pero a la hora de la verdad, todos pecamos de una u otra cosa. Lo mejor que podemos hacer hoy es tomar la decisión de ir mejorando un poquito cada vez que nos enfrentemos a una conversación de este tipo. No hay prisa, tenemos toda la vida.

Comenta…

Ahora pásate por la sección de comentarios y cuéntame: ¿cuál suele ser tu comportamiento ante conversaciones donde la otra persona te relata algo doloroso que le ocurre o cómo se siente? Yo siempre he pecado de diagnosticadora, tal vez por defecto profesional. Pero trabajo en ello cada día. ¿Y tú? ¿Qué tal se te dan esas situaciones? Cuéntamelo en la sección de comentarios.

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Recuerda que tienes a tu alcance mucho más de lo necesario para ser feliz. ¡La decisión es tuya!