¡Hola! Yo soy Sandra Burgos y esto es 30K Coaching. Si conoces mujeres embarazadas, pásales este vídeo. Podrías estar contribuyendo a que la llegada de su bebé sea todo lo mágica y bonita que puede ser.
El microentrenamiento de hoy va específicamente dirigido a mujeres embarazadas. También a sus parejas y a sus personas cercanas, pues juegan un rol importantísimo. Imagino que ya sabes que hay ciertos trastornos emocionales muy típicos tras el parto. ¿El más conocido? La depresión post-parto.
Estrés post-parto
Pues hoy vamos a hablar del estrés post-parto. Y el único objetivo del vídeo de hoy es hacerte consciente de esta posibilidad, pues es tremendamente frecuente. Y ser consciente te ayudará a estar preparada, a evitar que te pille desprevenida y sus efectos se intensifiquen por no saber qué ocurre o si es normal. Si entendemos “normal” como “habitual”, pues sí, es muy normal. Sin embargo, lo más conveniente en que trates de evitarlo o de suavizarlo si finalmente hace su aparición. ¿Por qué deberías evitarlo? No te preocupes, es un estrés puntual que no va a tener secuelas en tu vida. Pero cuando nazca tu bebé , lo mejor que te puede pasar es que estés emocionalmente sana, más que nada, para disfrutar de él. Porque es una personita nueva en tu vida, y puede ser una experiencia preciosa si permites que lo sea.
Tener un hijo generalmente se concibe como una de las experiencias más felices de la vida. Lo habrás oido mil veces. Pero en realidad, los bebés son tan gratificantes como exigentes, sobre todo durante los primeros meses. Vamos a ver algunas de las situaciones que podrías vivir durante esos primeros meses y que podrían desencadenar en estrés.
Situaciones estresantes
- Privación del sueño durante las primeras semanas o meses que, en ocasiones, se prolonga incluso hasta los 2 años.
- Malestar físico tras el parto debido tal vez a cuestiones médicas o al simple transcurso de cicatrización.
- Restricciones en el estilo de vida, tanto económicas como sociales. Desde las rutinas que te gustaban y ahora mismo no pueden ser (y esto puede ser algo tan simple como poder darte una ducha despreocupada) hasta el simple hecho de que tu casa estará hecha un desastre.
- Sensación de distanciamiento con los amigos que no tienen hijos y, en caso de que decidas limitarte al cuidado del bebé, también del mundo laboral.
- Sensación de que el bebé absorbe toda la energía y la atención.
- Reducción de la frecuencia de las relaciones sexuales debido a una falta de tiempo y energía.
- Carencia de una red de apoyo eficaz (como puede ser la familia extensa o los padres o profesionales de la salud).
- Un bebé que no para de llorar y a quien deberás ir aprendiendo a descifrar, poco a poco.
- Tener que atender constantes visitas, muchas de ellas inesperadas, muchas otras eternas.
- La avalancha de consejos no solicitados que recibirás todo el tiempo de todo el mundo que cree conocer las necesidades de tu bebé mejor que tú.
Idealización vs realismo
La mayoría de la gente te hablará sólo de lo bonito que va a ser todo cuando nazca tu bebé. Pero la verdad es que cuanto más idealices esa primera fase, mayor será el riesgo de padecer estrés o depresión post-parto. De modo que lo mejor que puedes hacer en estos momentos es disfrutar plenamente de la libertad que tienes ahora mismo. Y tener presente que la llegada de tu bebé va a ser preciosa, pero también va a ser aparatosa, e incómoda y probablemente agotadora. Acéptalo, sin más. Y si realmente lo asumes, llegado el momento, vivirás todo eso de forma mucho más sana y tranquila que si te hubieses idealizado la situación.
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